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Mostrando entradas de mayo, 2021

SHOW SIN GRACIA

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 Padre e hijo en un circo.     El equilibrista sobre la cuerda floja, para ponerle un poco de dramatismo al show, finge desequilibrios que el público sonoriza con largos "uhes" de espanto.     El hijo le pregunta al padre qué pasa si el equilibrista se cae de la cuerda.     El padre le responde que nada, pues debajo hay una red que lo protegerá en una eventual caída.     Entonces el niño le hace otra pregunta:    ¿Dónde está la gracia entonces?  SHOW SIN GRACIA  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

BEST SELLER

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 Best seller  nunca será sinónimo  de buen escritor,  sino de buen vendedor. ¿No es cierto, Paulinho?  BEST SELLER  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

PROTAGÓRICO

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 El hambre es la medida de todas la faltas.  PROTAGÓRICO  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

PEQUEÑA ESCENA DE LA PREHISTORIA

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 En la prehistoria.  Un hombre y un primo evolutivo suyo, un mono, están trepados en un árbol frutal, supongamos que es un naranjo. El árbol en cuestión se encuentra entre dos altas paredes rocosas de una montaña que forman un vértice. De pronto, delante del naranjo aparecen dos dinosaurios. El mono es el primero en percatarse de las siniestras apariciones saurias, de modo que le dice al hombre: "Que te ayude el diablo", y enseguida salta a una de las paredes rocosas y en cuestión de segundos llega a la cima y el hombre no lo ve más, ni el hombre ni los dinosaurios. Con esto el hombre se da cuenta que el aperitivo de los dinosaurios será él. Primero porque le es imposible saltar a las rocas, pues el naranjo se encuentra a una distancia de varios metros de las paredes y segundo, porque mismo saltando al suelo, por lo lisas y empinadas de la  paredes, no podrá trepar. De manera que analiza la situación: solo puede contar con el mazo que sostiene en una mano, porque la posible c

LA CONDENACIÓN

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    Que pase a declarar la señorita Lydia Garmendia, ordena el juez (Lydia Garmendia es la empleada doméstica de la señora Claudia Pirandello, acusada del asesinato del señor de la Vega, y el porqué está ahí, en el juzgado).     Jura decir la verdad y nada más que la verdad, le pregunta el fiscal.     Sí, juro, responde Lydia.    Bien, ¿es cierto que la noche del jueves pasado se encontraba en la casa de la señora Claudia Garmendia el señor de la Vega?     Lydia recuerda que cuando le llevó el té a su patrona, ella estaba viendo un capítulo de El zorro.    Sí, señor, responde, y así condena a su patrona.  LA CONDENACIÓN  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

LA VORACIDAD

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  En medio de la madrugada, un resplandor de dimensión pavorosa traspasó las paredes, calentando el aire a temperatura comparada a la de un tórrido verano ecuatorial. Era una luminosidad silenciosa, de meter miedo. Paralizaba todo, respiración, órganos... Hasta el tiempo diría, sin exagerar ni un poco. Duró ese resplandor inaudito lo que un sueño. Después, todo se resume a una larga espera del amanecer. Al salir de las casas todos vimos que ya no había más verduras en las huertas, ni flores en los jardines, ni ningún vestigio de vida vegetal, solo tierra quemada y cenizas, a esterilidad del suelo cubriendo toda superficie. Pero por increíble que parezca, cerca del mediodía nuevas plantas empezaron a nacer y el aire se volvió narcotizante. Con asombro temeroso las vimos desparramarse por doquier, y para la noche, ya habían colonizado todo el pueblo. Tres días más tarde, las raíces derrumbaron definitivamente todo vestigio de nuestra historia. ¿De por qué no nos vamos? No lo sé, solo sé

CUPIDO

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 Cupido, entristecido porque en la tierra ya nadie se enamora de verdad, dejó su sitial en el cielo y bajó a la tierra con ocho mil millones de flechas en su inmenso carcaj. Cuando disparó la última flecha se dio cuenta que no solo no había hecho enamorarse de verdad a ningún ser humano, sino que le había agujereado el techo a todos.  CUPIDO  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

IGUALES

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 Los creyentes creen en Dios porque lo necesitan, ya los ateos viven igual sin creer en Él, pero una cosa, tanto unos cuanto otros, comparten por igual: la incertidumbre sobre su existencia.  IGUALES  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

¡SANSEACABÓ!

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 Como el paciente vino con el cuento de que le dolía en cualquier lugar del cuerpo que se tocara con el dedo, el médico, debido a lo inusitado del caso, se dijo: "Este tipo o está loco, o me está tomando el pelo", de manera que acabó cortándole el dedo. Pero cuando despertó del sueño anestésico, el paciente continuó quejándose que todavía seguía doliéndole todo el cuerpo.     ¡Y bueno, m´hijo, cualquiera se equivoca alguna vez en la vida!, contestó el médico, y decidido a arrancar el mal por la raíz, cortó el cuerpo de una vez por todas y sanseacabó.  ¡SANSEACABÓ!  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

NUNCA SE SABRÁ

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 Partió de su pueblito perdido en las pampas del sur, de casas descascaradas, calles de tierra y siestas bajo el canto de la cigarras, sin más posesiones de lo que llevaba puesto. Dijo que iba detrás de la verdad. En la época tendría, cuanto mucho dieciséis u diecisiete, no más. Ya han pasado tres cuartos de siglo desde su partida y en todo este tiempo nadie lo vio volver. Se ignora si lo que buscaba lo ha encontrado, o si de haberlo encontrado, ha valido la pena. Nunca se sabrá.   NUNCA SE SABRÁ  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

TODO VUELVE Y SE REPITE

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 Los nuevos hombres y sus palabras devienen en aves metálicas que vuelan en el pliegue circular del cosmos buscando nuevas hojas en blanco donde seguir escribiendo versos hermosos, la historia de otros porvenires, pero también la tragedia allí donde pose sus garras, porque todo vuelve y se repite.  TODO VUELVE Y SE REPITE  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

¡CUÁNTAS ASTILLAS SAGRADAS!

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 Tantas astillas de la cruz en la que crucificaron Jesucristo fueron vendidas en la edad media, más las que se deben guardar en más de una catedral, que cabe preguntarse cuántos Jesucristos hubo o, en su defecto, en cuántas cruces fue crucificado.  ¡CUÁNTAS ASTILLAS SAGRADAS!  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

LA VERDAD SOBRE EL INFIERNO

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 Cuando joven le había vendido el alma al diablo a cambio de riquezas, un veinticinco de diciembre a la medianoche debajo de una higuera. Ahora, segundos después del último aliento, iba junto a él rumbo al infierno. Al abrirse la puerta de fuego vio que adentro el clima era templado, música a todo trapo, y todo el mundo, incluidos unos amigos de juergas muertos hace mucho, andaban como pancho por su casa, desnudos y acompañados de hermosas mujeres, con un cigarrillo en una mano y alguna bebida alcohólica en la otra.     Pero... ¿qué está pasando acá?, le preguntó al diablo mientras pensaba que el demonio se había equivocado.    No, no me he equivocado, le dijo el diablo, leyéndole los pensamientos, este es el infierno.     Pero... pero... ¿y el fuego eterno? Claramente confundido, titubeaba.   ¡Qué fuego eterno ni ocho cuartos, viejo! Eso es lo que dice la iglesia de mí para desacreditarme y así hacer con que los vivos no se den cuenta que el infierno es allá, contestó el diablo, solta

EL PRECIO DE LA FAMA

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 Estaban en el camarín compartido, mientras esperaban que los llamaran en el set de filmación para un nuevo take.  Jerry: No tienes otra salida que comer ratones enlatados, aunque los aditivos para su conservación te revuelvan las tripas, Tom; y que, encima, tus amigotes se te rían en la cara y te llamen de "Anomalía de la Especie". Detrás de su burla Jerry se despatarró de risa mientras jugaba con sus dedos con los daditos de queso fresco delante suyo.  Tom: Aunque me cueste admitirlo, debo reconocer que tienes razón, Jerry, pero ¡qué hacer, es el precio de la fama, ¿no?  EL PRECIO DE LA FAMA  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

LA AGUJA

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 Le ha pinchado el dedo una vez más, no por su culpa, sino porque doña Titina ha extraviado el dedal, o el dedal se extravió a propósito (hay una cierta controversia al respecto, defendida por un lado y otro bajo distintas argumentaciones, pero eso no interesa en este momento); la cosa es que doña Titina le ha pifiado a la puntada y la culpa del pinchazo se la ha cargado a la inocente aguja. Ahora bien, lo que sí le interesa es mantenerse alejada de la rabieta de doña Titina, que dijo, muy brava: "Cuando encuentre esta aguja de mierda, la tiro a la basura". Por suerte, la señora ha sacudido con fuerza la mano y la aguja fue a parar a algún rincón de difícil acceso, como suele ocurrir con las agujas cuando caen al piso, con lo que ha aprovechado para salir rodando al patio y de allí ha seguido hasta el corral de las vacas. Y en este exacto momento mientras doña Titina, puteando como una loca, remueve muebles para darle alcance, ella se encuentra segura en algún lugar de la par

EL ABAD JUAN

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 Hasta donde se sabe es imposible las flores se enamoren entre sí, y ha de afirmarse que solo ha sucedido una única vez, según cuenta el abad Juan, desde su locura. Dice que paseaba por el jardín de la abadía cuando fue atacado por una Margarita que se había agigantado de repente, y que le arrancó un brazo y pronunció "Me quiere", y que enseguida lo agarró por las piernas, arrancándole una mientras decía "No me quiere", y que ya iba a arrancarle algún otro miembro cuando un hermano ya fallecido irrumpió, salido del más allá, en el jardín gritando "Va de retro, Satanás" y blandiendo una azada, con la cual abatió a la planta asesina. Pero nadie le cree al abad Juan, pues ninguna Margarita del jardín corresponde al tamaño que él cuenta, aunque sus miembros faltantes fueron encontrados allí.   EL ABAD JUAN  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra e

ELLAS, SU SOMBRA

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 Teme a la soledad, y la vida no lo ha agraciado con ninguna compañera. Por esa razón a la hora del descanso nocturno se alumbra con un candil a sus espaldas, y se duerme mirando su propia sombra, a la cual a cada noche llama de María, Esther, Gladis, etc...  ELLAS, SU SOMBRA  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

ANSIEDAD

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 Faltaba un minuto para empezar el partido, por eso no bien bajó del colectivo siguió hasta su casa corriendo. La puerta de calle estaba cerrada, llamó con golpes y gritos. Segundos después su hijo mayor vino a abrir.     Recién empezó el partido, papá, le dijo.    ¿Y cuánto van?, preguntó el padre ansioso.  ANSIEDAD  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

FESTÍN DE LOMBRICES

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El pájaro llegó al nido con el buche lleno, por los costados del pico aún se retorcían puntas de lombrices; los hombres dentro de la jaula se alegraron con el festín que se avecinaba.  FESTÍN DE LOMBRICES  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

EL CAMIONERO

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 Ya caída la noche, cerca de un pueblo de nombre extraño, al costado de la carretera vio la figura de una mujer haciendo dedo. El diablo le sopló una malicia al pie del oído y paró el camión. Ella era joven; muy flaca, muy pálida y hablaba poco. Por la mañana, campesinos que iban para las siembras avistaron un camión al lado del cementerio, sin señales de su dueño.  EL CAMIONERO  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

EL ÚLTIMO

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 La vejez lo encontró solo en la vida. Nunca supo precisar cuándo fue que empezó a creer que sería el último de su gran familia, que los enterraría a todos. Quizás todo el mundo piense lo mismo, lo ignora, pues nunca ha hablado con nadie sobre el asunto.  EL ÚLTIMO  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

EL TÍO ALFRED

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 Al dormirse con el libro abierto, los tres fantasmas de la historia lo secuestraron. De allí en más creció el mito en la familia. El libro, que fue a parar a un sótano polvoriento, años después fue descubierto por un niño curioso al que le gustaban las historias de fantasmas.     ¿Qué estás leyendo?, le preguntó la madre.     Un libro de fantasmas que encontré en el sótano, contestó y agregó, pero mira qué curioso: en la contratapa dice que es una historia sobre tres fantasmas, pero en la historia son cuatro, y lo más curioso, el cuarto fantasma se llama Alfred, como el tío desaparecido misteriosamente del que ustedes hablan de vez en cuando.  EL TÍO ALFRED  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

TERROR EN EL JARDÍN

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 Parecía un día igual a todos los días, pero la irrupción en el jardín del enamorado inseguro hizo temblar a las Margaritas,  enseguida se pusieron a llorar. Las Rosas que crecían junto a ellas, las imitaron. Las Margaritas pensaron que fuese empatía, pero las Rosas tenían otras razones para su pesar; cuando el enamorado tuviera la certeza de su amor correspondido, les llegaría su turno.  TERROR EN EL JARDÍN  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .

LA MEMORIA DE LOS HOMBRES

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De pronto el desierto de la hoja en blanco comenzó a ser poblado con los signos de las escrituras. Algunas hojas devienen en cuentos, poesías, novelas, crónicas, etcétera... En fin, la memoria de los hombres.  LA MEMORIA DE LOS HOMBRES  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .  

¿HASTA DÓNDE, HASTA CUÁNDO?

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 La primera rinconada fue cuando irguieron sus madrigueras de piedra, ahora arremeten de nuevo, con sus máquinas mortíferas arrasando bosques enteros. ¿Qué rumbo tomar ahora? ¿Hasta cuándo seguir reculando? Es lo que nos preguntamos.  ¿HASTA DÓNDE, HASTA CUÁNDO?  por  FRANCISCO A. BALDARENA  se distribuye bajo una  Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional . Basada en una obra en  https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata .