UN MONSTRUO EN NUEVA YORK

  El monstruo gigante procedente de un planeta desconocido emergió de las aguas frías del río Hudson y lo primero que hizo para calentarse fue darle un sopapo a la estatua de La Libertad. La cabeza sobrevoló medio cielo de Nueva York y se partió en mil pedazos en las calles del Harlem. En un primer momento se pensó que el monstruo tenía poderes sensoriales muy desenvueltos, porque justamente en ese día los superhéroes o estaban de vacaciones o cumplían alguna misión secreta en algún lugar del mundo en su incansable lucha contra el hampa. Con ello, el monstruo se las tendría que ver con el único superhéroe disponible en todo el territorio norteamericano: el Hombre Elástico. Pero ese día no era el día de suerte del superhéroe, porque el monstruo, confundiéndolo con un chicle, se lo comió. 

                                                                        

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UN MONSTRUO EN NUEVA YORK por FRANCISCO A. BALDARENA se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
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