ROBARLE A UN MUERTO

 Hacía dos meses que había salido de la lanchonete, donde trabajé de mozo por dos años, hasta que conseguí trabajo en dos escuela de idiomas como profesor de español, C.D.I. y Wizard, cuando me enteré que mi ex patrón, Robson, había muerto una semana antes. La verdad se había matado, se encerró en su habitación con un montón de botellas de whisky y quién sabe cuántos gramos de cocaína y se dio sin asco hasta morir, parece que estaba endeudado hasta la manija y para peor le habían diagnosticado cirrosis hepática. Unos días después pasé por la lanchonete, que ahora era regentada por su ex mujer y el hijo mayor, pedí un Samba (vodka con Coca-Cola) y mientras conversábamos miraba, al lado del aparato de sonido, la pila de CD´s y recordaba a Robson. En un dado momento la ex esposa me dijo que extrañaba que yo anduviera por allí, ya que no había pasado más desde que me fui a trabajar a las escuelas, entonces aproveché el gancho y le dije que pasé a buscar unos CD´s que le había prestado al finado. 

   Bueno, fíjate cuáles son, me dijo, entonces pasé al otro lado del mostrador y elegí unos siete que me gustaban. 

  ¿Son esos?, preguntó ella, cuando se los mostré. 

  Bueno, la verdad faltan unos dos, pero no importa, le dije, haciéndome el boludo para que no fuera a sospechar algo. Entonces terminé la bebida y me fui a casa, sin ningún remordimiento por haberle robado a un muerto. 

                                                                           

Licencia Creative Commons

Robarle A Un Muerto por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SOBRE UNA CRÓNICA

PARTE DE LA CREACIÓN

ADÁN