OBSTÁCULO
Hoy todo su cuerpo se estremeció, más que las otras veces. Mucho más que cuando vio irrumpir a los primeros hombres; más de lo que se estremeció cuando los vio afincarse a la tierra y cavar fosas para enraizar sus madrigueras; más que cuando empezaron a rodearlo, a sofocarlo y a acortarle el horizonte; más que cuando empezaron a envenenar el aire, a interrumpir el silencio milenario y a quebrar la armonía natural; más incluso que cuando hicieron tronar sus armas para matarse entre sí para luego demarcar fronteras, imponer límites y a apropiarse de lo que siempre ha sido de todas las criaturas que se arrastran, caminan o vuelan. Aunque después vinieron hombres buenos, que repudiaban la fuerza y alababan la palabra, acomodándose así a los nuevos tiempos y aprendiendo a ser feliz. Pero hoy a vuelto a estremecerse como nunca, porque ha escuchado a los hombres decir que el camino debe ensancharse y que él, que ya fue sombra e inspiración de los poetas y proveyó alimento y abrigo a tantos seres, es ahora un obstáculo al progreso.
Obstáculo por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.

Comentarios
Publicar un comentario