LOS TRES HUÉSPEDES
El niño jugaba en la recepción del hotel cuando entraron tres hombres. Desde el fondo su padre escuchó que le avisaba a los gritos que habían llegado huéspedes. El hombre ya se encaminaba hacia la recepción cuando se topó con su hijo que venía corriendo a su encuentro.
"¿Qué tanto alboroto es ese, hijo?", preguntó el padre.
"Es que llegaron tres pelegrinos, papá", contestó el niño. El padre meneó negativamente la cabeza y le recriminó la equivocación.
"No se dice pelegrino, se dice peregrino", le aclaró, pero el niño no hizo caso del comentario, limitándose a responder que estaba bien. Finalmente, llegando a la recepción el dueño del hotel les dio los buenos días a los tres hombres y abrió el libro de huéspedes.
"¿Cómo se llama?", le preguntó a uno de ellos.
"Juan Pellegrino, señor", respondió el hombre. El dueño del hotel escribió el nombre y se dirigió al que estaba al lado.
"¿Y el suyo, por favor?", le preguntó.
"Pedro Pellegrino, para lo que guste", dijo el otro. Entonces, no bien escuchó el apellido del segundo hombre, el hotelero notó la mirada de su hijo y en seguida oyó su voz.
"Y el otro se llama Alberto Pellegrino. Los tres son hermanos, papá".

Los Tres Huéspedes por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.
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