LA MUCAMA
Era tanto el miedo de ser enterrado vivo que a la hora de dormir tenía por costumbre dejar sobre la mesita de luz una nota que expresaba su mayor temor: "Por favor, no me entierren vivo". Esa mañana, la mucama nueva, que ignoraba ese detalle de su patrón, al ir a despertarlo leyó la nota con detenimiento. Llena de dudas la pobre se quedó pensativa, imaginando muchas cosas, hasta que llegó a una conclusión. De manera que volvió sobre sus pasos, tomando el mayor cuidado de no despertar al patrón, y al rato volvió con un martillo en una mano.

LA MUCAMA NUEVA por FRANCISCO A. BALDARENA se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.
Me mostraron la casa desde el lavadero hasta el garage y a todos los moradores, incluso a las mascotas, y me instruyeron con lo que debían ser mis tareas. Esto significa que estoy encargada de despertarlos, preparar desayuno, almuerzo, merienda y cena, lavar la vajilla y la ropa, limpiar toda la casa, bañar a las mascotas, cortar el césped, sacar las telarañas de los rincones y la basura a la calle, llevar y traer a los niños al colegio, ayudarlos en las tareas y apagar las luces cuando todos ya se hayan ido a la cama. Todo eso me incumbe como si yo fuera un robot. Hoy fue mi primer día de trabajo y todo ocurrió normalmente, es decir como estaba programado, y ahora que ya todo el trabajo está concluido voy a enchufarme porque las baterías acusan diez por ciento de carga.
La Mucama por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
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