EL SILENCIO
Sé que está aquí, alrededor; siempre está, omnipresente como el tiempo; vigilándome desde cada cosa y rincón, desde cada instante, como un fiel sirviente atento a los movimientos de su amo, como el guerrero encarnizado en aniquilar al enemigo cueste lo que cueste, aunque se le vaya la vida en su pertinaz misión. Me acompaña en su mutismo aparente, desde su transparencia invisible, aunque por momentos los autos que pasan, la sirena de las fábricas o la voz chillona del chico que vende diarios en la esquina se le sobrepongan; me acompaña desde antes de nacer, porque ya estaba en todo (acaso sea la totalidad misma) desde siempre, desde antes del antes de mí, del otro, de todos. Inútil es el fingimiento de sentirme a salvo en esta ciudad que grita vida las veinticuatro horas sin descanso, porque todo sonido, toda palabra, cada respiración y cada imperceptible suspiro confirman su existencia inexplicable, cual la nada, que es sin ser.

EL SILENCIO por FRANCISCO A. BALDARENA se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
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