EL POZO

 Sucedió una mañana cualquiera, por causa de una pala de punta en un patio común y corriente. Tras la primera punteada el pozo empezó a hacerse solo, pero en lugar de la tierra salir de él, éste la tragaba; la tragaba y se hacía cada vez mayor con una rapidez asombrosa. Al cabo de unos segundos acabó por tragarse al hombre con pala y todo, el patio, la casa, el terreno, la calle, la cuadra, el barrio, la ciudad, el partido, la provincia, el país, el continente, los mares y todos los otros continentes, como un agujero negro. Pero cada cosa que el pozo tragaba de un lado lo expulsaba del otro hasta que todo volvió a quedar como antes, pero al revés. Desde ese día el mundo mejoró notablemente, pero todavía quedaron algunos  añorando los viejos tiempos. 

                                                               

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EL POZO por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
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