EL CAN DADO
Cuando le preguntaban, asombrados, por aquel perro con el que paseaba por el parque todas las tardes, pues se creía que no le gustaban los animales, él respondía:
Es un can dado.
¿Candado?, preguntaban todos, más sorprendidos aún. Pero él ya seguía su camino, porque no estaba allí para iluminar tinieblas mentales, sino para sacar al perro a pasear.
EL CAN DADO por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.

Comentarios
Publicar un comentario