EL ANILLO DE LA INVISIVILIDAD
Juanjo siempre había sido un hombre bueno, que creía ser justo y moralmente sano. Jamás, desde que alcanzó la mayoría de edad digamos, mentía; ayudaba a quien pudiera sin esperar algo a cambio y sabía ser amigo fiel y fiel amante de su esposa. Trampa, traición, egoísmo, intromisión en la vida ajena, etcétera, estaban fuera de su proceder. Hasta el día que encontró El Anillo de la Invisibilidad, entonces su vida, que en verdad, aunque él no lo supiera, se regía por la mirada del otro, donde cada acto correcto era una imagen fabricada para moverse entre la sociedad sin ser apuntado por dedos acusadores por no ajustarse al sistema, tomó un giro de 360 grados en sentido inverso. Después del encuentro con El Anillo, supo también que la libertad de acción, ilimitada hasta donde fuera capaz de imaginar, proporcionada por el susodicho Anillo, lo había convertido en el peor y más infeliz de los hombres, corrompido moral y espiritualmente como el miserable Sméagol, y cuya ambición, fuera del molde de lo políticamente correcto, ya no tenía límites.

EL ANILLO DE LA INVISIBILIDAD por FRANCISCO A. BALDARENA se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
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