LA MAJA DESNUDA
El infante se acercó al maestro pintor y le mostró un dibujo (el niño esperaba ganarse unos centavos). Goya miró el garabato donde se insinuaba vagamente una mujer recostada.
¡Qué maja!, exclamó el maestro mientras por dentro imaginaba a la tal maja pero desnuda, luego le dio unas monedas al niño y éste dio saltos de alegría. Cuando el infante húbose marchado, el maestro empezó a pintar a tal maja, cual la veía es su imaginación.
Fin.
LA MAJA DESNUDA por FRANCISCO A. BALDARENA se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.
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