LAS PRIMERAS PALABRAS
Estaba cuestionándome sobre el mundo y la vida de un modo general a partir de una mancha en el techo que sugería una casita sobre un promontorio cuando nuevamente aparecieron sus caras, pero esta vez acompañadas de muchas otras. Las había pálidas, sonrojadas, llenas de pelos y totalmente lampiñas; castigadas por el tiempo unas, sin una marca siquiera otras. Todos esperaban una palabra mía, una palabra coherente y sobretodo entendible. Estaba claro que si no me pronunciaba continuarían ahí observándome como a los pescaditos de colores en un acuario. Pude decirles "hola" o "¿cómo están ustedes?", pero sin dudas los hubiera espantado; al final, nadie espera que un recién llegado diga esas cosas, menos aún si no ha pronunciado todavía otra cosa que "bubú babá" desde su nacimiento. En fin, no quise herir a nadie, y menos a los responsables por haberme arrojado al mundo, de modo que, siguiendo la tradición, les dije las dos palabras que esperaban que les dijera para regocijo de sus almas: "papá" y "mamá".
Fin.

LAS PRIMERAS PALABRAS por FRANCISCO A. BALDARENA se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.
Comentarios
Publicar un comentario