LAS MANOS
¿Para qué sirven las manos?, fue la pregunta que la maestra le hizo a Francisquito. El alumno empezó a decir que servían para escribir y borrar; para acariciar y golpear; para aplaudir y rechazar; para agarrar y arrojar; para pintar y dibujar. A cada respuesta Francisquito miraba a la maestra y ella lo instaba a seguir buscando otros usos para las manos. Francisquito continuó, dijo que servían para saludar y despedirse; para firmar y señalar; para rascarse y pellizcar; para hacer música y practicar deportes, y como ya se le acababan los ejemplos empezó a mirar a sus compañeros, entonces se encontró con la mirada de un compañero que, pensando en bendecir y persignarse, le sopló:
No te olvides de Dios.
¡Ah!, y para hacer un gol con la mano también, dijo Francisquito, acordándose de Maradona.
Fin.

LAS MANOS por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
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