LAS MANOS II
La mano izquierda, envidiosa de la derecha, que todo el mundo estrecha mientras a ella le toca dar palmaditas en los hombros, empezó a buscarle roña y acabaron yéndose a las manos. La cara, temiendo que a ellas, que tantos beneficios le brindaban, se les fuera la mano y salieran lastimadas, se dijo que debía tomar cartas en el asunto. De un silbido llamó a los otros moradores de la casa que, al ver la pelea, rápidamente le pusieron la camisa de fuerza, y el loco, al fin, se quedó quieto.
Fin.

LAS MANOS II por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.
Comentarios
Publicar un comentario